domingo, 13 de mayo de 2012

MONTSERRAT CABALLE CUMPLE 80 AÑOS



 
 Hoy, escuché,  por la mañana, una entrevista que le hacían en la SER a Montserrat Caballé. 
 Ya ha cumplido 80 años y parece una quinceañera. Se emocionó cuando hablaba de su 
marido Bernabé. "Sin el mi vida no habría sido la misma, es cariñoso, comprensivo, 
nunca ha empleado una palabra fuerte..." Las palabras se ahogaban en su garganta... 
van a celebrar los 50 años de matrimonio con una nueva boda, misa y fiesta


EMPECE ENAMORANDOME DE ELLA Y ACABÉ QUERIENDOLA DE VERDAD.



 [“Bellini quería una voz de ángel. Y tú la tienes. Cántale tu Norma”.
Callas dixit in illo tempore a Caballé]






A mi me encanta Monterrar Caballé. Es una mujer que emana sencillez  y popularidad, 
pero de esa popularidad que se acerca a todos, quizás por eso los "huele-nubes"
 intentaron descalificarla...


"Pero por favor ¿Como te gusta? La Caballé no canta"


- Pues mira que maravilla ser una "analfabeta de oido" porque a mi me "pone" y 
mucho.  


Que no soy yo una mujer muy preparada, ya lo sé, y no es porque no intente cultivarme. 
Me compre todos los recitales de JOAN SUTHERLAND, ahora mismo la tengo cantando
 de fondo y NADA, canta muy bien siiiiiii, pero..... ahhhhhh que pena, no tengo remedio.


He buscado un par de entrevistas que le han hecho y aqui las dejo


Biquiños a todos e todas








Una cantante "grande "por fuera y
"grande" por dentro.......
DIVA UNIVERSAL, OPTIMISTA RADICAL
Y PROPIETARIA DE UN TESON TAN
DESCOMUNAL COMO SU BUEN HUMOR,
PARA MUCHOS ES LA MEJOR SOPRANO
DE LAS ULTIMAS DECADAS.
PARA TODOS, UNA MUJER EXCEPCIONAL!!!
¿Que le duele más :
Que le engañe el partido al que votó,
que le time su tendero o que le mienta
su mejor amiga?
La traición es siempre un plato indigesto.
La música amansa las fieras.
¿A los hombres también?
Desgraciadamente, hay quienes tienen
el corazón tan duro que escuchen lo que
escuchen son incapaces de amansarse.
Pero son una minoría, la música es un
bálsamo muy eficaz para pacificar y alegrar
el espíritu de los seres humanos.
Varones incluidos.

 

¿Sospecha qué hacían las mujeres
de este planeta mientras los hombres
se dedicaban a "escribir" la Historia?
Ponerle música y armonía a la letra pequeña
de lo cotidiano.
¿Es capaz de definirme en tres garabatos
qué es el éxito?
El triunfo de la fuerza de voluntad.
Si le digo lujo
¿Que se le pasa a usted por la cabeza?
Hogar, tranquilidad......¡Vacaciones!
El común de los mortales aterriza
en la Tierra dando berridos,
usted con el don de poseer una voz celestial
¿Qué precio ha tenido que pagar por este regalo?
Yo no creo que exista la perfección
en los seres humanos, es más ,
pienso que estamos muy lejos de alcanzarla.
Más que intentar obtener la capacidad para ser
inteligentes deberíamos asumir nuestros defectos
para tratar de que la siguiente vez las cosas
nos salgan mejor.









Ese es el verdadero talento.
¿Somos un país de genios o con hambre de cultura?
Somos un país con un apetito descomunal
por todo lo que huela a cultura.
Masticar y saborear emociones y belleza
forma parte de la dieta esencial de nuestro pueblo.
Si después cae un bocadillo de jamón serrano,
mejor que mejor.
¿De que se ríen las mujeres que le rodean?
De lo ridículos que somos sin sentido del humor.
OFF THE RECORD
¿¿¿¿¿Hay algo peor para una cantante de ópera
que lanzar un gallo en plena representación
de la Scala de Milán?????
"Sí, por supuesto. Lanzar dos...."

ENTREVISTA A MONTSERRAT CABALLÉ
Por Xavier Nicolás

Xavier Nicolás: La persona que más le ayudó en sus inicios, su profesora Eugenia Kemmeny,
había cantado Wagner en Bayreuth.
MONTSERRAT CABALLÉ: Si, ella había sido una célebre cantante en los años 20, imagino,
 por la edad que calculo debía tener cuando era profesora mía. Me hablaba mucho de Bayreuth,
y me ayudó mucho a modelar mi voz. Ella fue precisamente la que me invitó, teniendo yo
apenas 16 años, al concierto que diera Kirsten Flagstad en el Liceo.
X.N.: ...Eso fue en el año 1952, ¿qué impresión le causó?
M.C.: Fue algo que nunca olvidaré. Recuerdo que estaba en el palco que tenía la familia Bertrand,
y estaba sentada en la fila de atrás del palco. Cuando aquella mujer, Kirsten Flagstad, empezó a cantar,
 quedé impresionada, aterrorizada. Ese torrente de voz, esa potencia de canto, una entonación
maravillosa, un estilo sorprendente. Me acuerdo que luego le comenté a mi profesora, Kemmeny,
 que viendo aquella actuación de la Flagstad, desde mis tímidos comienzos con 16 años, poca
 cosa tenía que hacer. Ella me dijo que no me debía comparar con ella. Que indudablemente Flagstad
 era una de las cantantes más extraordinarias del mundo de la ópera, que dominaba a la
perfección la modulación y la entonación, y que lo que yo debía hacer era esperar a tener 25
 años para que mi formación de la voz pudiera llegar a su plenitud, pero sin ánimo de
 compararse a la Flagstad. Fue maravilloso aquel recital, y, comparándola con, por ejemplo
 la Birgit Nilsson, debo decir que la superaba en cuanto a torrencialidad, potencia, fuerza vocal.
X.N.: Vd. ha cantado prácticamente todas las obras de Wagner, no todos los papeles, pero sí
 alguno de cada una de ellas.
M.C.: Bueno, cronológicamente, sí, he cantado la Irene del “Rienzi”, la Senta del “Holandés”,
 la Elsa del “Lohengrin”, la Elisabeth y la Venus del “Tannhäuser”, una muchacha flor en el “Parsifal”
 que fuera mi modesto debut en la Scala de Milán en 1960, la Sieglinde de “La Walkyria”,
la Gutruna y la Brunhilda del “Ocaso”, e Isolda en el “Tristán”. No he cantado más papeles,
como por ejemplo el de Brunhilda en su papel principal, porque no es un rol que se adapte
 a mi tesitura de voz. Wagner hay que saber cantarlo, y exige una preparación o una tesitura especiales.
 

X.N.: Lo que no está nada mal. ¿ Qué le parece Wagner como músico?
M.C.: Bueno, Vd. sabe que mis favoritos para cantar o escuchar han sido Strauss,
 Mozart, Haydn y desde luego Wagner. Wagner ha sido uno de los más grandes,
 con una música muy especial, que aunque los italianos digan que es estereotipada,
 a mí me parece maravillosa. En ocasiones Wagner es avasallador, detonante, como
 un vendaval; pero cuando se escucha a Wagner en sus momentos más íntimos, cuando
 su música mueve al sentimiento, como en el “Tristán”, es entonces cuando se
 vislumbra su verdadera grandeza.
X.N.: Zubin Metha la animaba constantemente a cantar Wagner, pero Vd. se tomó su tiempo.
M.C.: Ciertamente era así, pues Wagner es muy particular para ser cantado, y la preparación
 conlleva cierto tiempo. Con Zubin Metha grabamos en los 80 un disco con arias wagnerianas
muy bonito y del que guardo muy buenos recuerdos. Están los fragmentos más emotivos
del compositor alemán.
X.N.: A “corra cuita” en la temporada de 1983 del Liceo fue Vd. llamada de urgencia para
 cantar el papel de Venus en el “Tannhäuser”. ¿ Cómo fue la experiencia?
M.C.: Bueno, la verdad es que me avisaron con apenas unas horas de anticipación, y tuve que
 mirarme la partitura rápido y corriendo. Y si Vd. estuvo allí, recordará que me diseñaron
especialmente una especie de concha donde se escondía la partitura detrás. Yo conocía
el papel muy bien, pero no lo había cantado nunca, y creo que la cosa se salvó bastante bien.
X.N.: Vd. estuvo a punto de cantar en Bayreuth, ¿le hubiera gustado esa nueva experiencia?
M.C.: Indudablemente me hubiera gustado hacerlo allí, pero por problemas de fechas,
 desgraciadamente nunca pudo ser posible. Había un “décalage” muy grande, y comprendí
que para cantar en Bayreuth había que hacer unos ensayos muy largos, de al menos dos
 meses, tiempo con el cual yo no contaba por estar comprometida con otros teatros. La
gente me decía que no importaba, pero yo insistí en que si quería ir a Bayreuth, debía
 ir muy bien preparada. Fue una pena, pero las cosas fueron así.
X.N.: Cuando Vd. tenía 17 años y asistía a las veladas de la familia Bertrand, tuvo ocasión
de oír en privado a Max Lorenz. ¿ Qué recuerdos tiene de él y de su voz? Creo que incluso
 él hizo un informe muy positivo sobre la voz de Vd.
M.C.: Bueno, era un señor muy serio. Mucho más tarde le reencontré en Viena, y
aún se acordaba de aquellas sesiones cuando yo era una jovencita. Indudablemente
Max Lorenz tenía una voz bellísima, comparada a la de Kirsten Flagstad en el rol
sopranístico. Eran voces irrepetibles, de las que ya no existen hoy en día.
X.N.: Una de sus especiales inquietudes ha sido la de descubrir nuevos músicos o
piezas desconocidas de músicos conocidos.
M.C.: Sí, efectivamente, esa ha sido la norma de mi vida y por eso tengo un repertorio
 tan extenso. Muy especialmente he buscado descubrir óperas que no se habían representado
 nunca, o pocas veces, así como multitud de compositores desconocidos, del romanticismo
 especialmente.
X.N.: ¿ Cree que últimamente se respeta al autor, al compositor, al libretista, en las óperas
 de los teatros del mundo?




M.C.: Cada vez menos, esto es un complot entre la dirección de los teatros y los directores
de escena, los que hacen la creación. Contratan a esta gente que nos explican a los cantantes
 cómo hemos de hacer tal o cual cosa, y normalmente son situaciones imposibles,
 absurdas. Fuera de contexto. Estamos en una época en la cual todo el mundo tiene
derecho a opinar, la democracia es eso, y a exponer sus ideas. Lo que no me parece
 tan creíble es que por democracia se entienda que mil quinientas personas en una sala
 tengan que tragarse y ver lo que dos señores han decidido, porque el respeto a la música
 depende de muchas cosas, no sólo de los que estamos aquí, sino por supuesto de ese
 público, del respeto hacia éL Tampoco sólo al compositor, pero mucha gente se
puede creer o sentir frustrada, otras no. Yo creo que la creatividad de las personas
 hoy en día es un poco amorfa, está un poco dormida. Y entonces tienen que inventarse
 cosas raras porque si no, no tienen la suficiente grandeza de creación para crear
 dentro de lo que el autor había deseado. Porque hay que respetar al autor de la
 música, pero también al autor del libreto. Pero todo ello forma parte también del
 mundo de hoy. Hay que crear polémica, bullicio, para que el mundo de la ópera
sea más excitante, ahí tiene Salzburg o Bayreuth, y ello coincide normalmente,
 con la ausencia de buenas voces. Por algo será... Cuando las grandes voces
están en su sitio, entonces la cosa cambia.
X.N.: Muchas gracias, señora Caballé.

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