martes, 17 de agosto de 2010

¿Sabías que el 'Guernica' de Picasso representa el horror del bombardeo alemán a la ciudad vasca de Guernica?




Fue en 1937, en plena Guerra Civil Española, cuando bombarderos nazis llamados por Franco destruyeron la ciudad vasca de Guernica. 1600 muertos y miles de personas heridas. Pablo Picasso pintó su visión de la masacre y la llamó Guernica. Personas, animales y edificios destrozados por la violencia de las bombas. Hoy es una de las obras más importantes del Arte Contemporáneo , un reflejo de la brutalidad y la crueldad de la guerra.

El bombardeo de Guernica

A principios del 1937 el Gobierno de la República Española encargó a Pablo Picasso, por entonces director del Museo Nacional del Prado, un lienzo para decorar el Pabellón Español durante la Exposición Internacional de Artes y Técnicas, que tendría lugar ese mismo año en París. Pocos días después del encargo ocurrieron los hechos.

El 27 de abril de 1937, empezando a las cinco menos veinte de la tarde y prolongándose durante 3 horas y media, la Legión Cóndor de las tropas nazis bombardeó la ciudad vasca de Guernica por ordenes franquistas. 1600 muertos, miles de personas heridas y una ciudad arrasada, borrada del mapa.

La inspiración de Picasso

El día 1 de mayo de 1937, en la manifestación del Día de los Trabajadores, un millón de personas salieron a las calles de París para mostrar su repulsa por el bombardeo de Guernica. Ese día Picasso contempló por primera vez una imagen del desastre. Era una fotografía en blanco y negro de un periódico francés en la que se observaba la ciudad vasca destruida. Fue su inspiración. A partir de entonces realizó decenas de bocetos del cuadro en un taller situado en la rue des Grans Agustins de París, hasta que terminó la obra.

Una obra llena de simbolismos

En el 'Guernica' aparecen mujeres desesperadas. Una, gritando de dolor dentro de una casa que se derrumba. Otra que sale de su casa arrastrándose en su agonía. También aparece un caballo, retorcido de dolor y con la lengua afuera demostrando su excitación ante los acontecimientos. Justo encima está el sol, empequeñecido y con una bombilla en su centro. Un poco a la izquierda un pájaro agita las alas y clama al cielo desesperado como si pidiese una explicación para lo acontecido. Bajo las patas del caballo yace el guerrero muerto, su mano todavía sujeta una espada rota. Un toro contempla la escena sorprendido y desconcertado y, a su lado una madre abrumada por el dolor lleva en sus brazos el cuerpo de su hijo muerto mientras mira al cielo rota por el dolor y la pena.

En esta obra Picasso renuncia al color para acentuar el dramatismo y sólo utiliza la gama de grises, el blanco y el negro. Actualmente se encuentra en exposición permanente en el museo Reina Sofía en Madrid, España y es una de las obras contemporáneas más relevantes.

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